José Antonio Meléndez Rodríguez, más conocido como Tony Meléndez. Es el segundo de los cuatro hermanos. Nació sin brazos debido a los estragos de un medicamento recetado por orden médica a su madre durante el embarazo. El medicamento Talidomida debía calmar los efectos de náusea del primer semestre de embarazo, pero sus efectos dejaron graves consecuencias: al igual que a él, el fármaco provocó que miles de niños de Nicaragua nacieran con deformidades, sin brazos, sin pies.
Debido a las precarias condiciones de salud que existían en los países centroamericanos en los años sesenta, la familia Meléndez decide trasladarse a los Estados Unidos. Durante muchos años la familia tuvo que acomodarse a una forma de vivir con ciertas limitaciones materiales.
Tony jugó fútbol, no tuvo limitaciones durante sus estudios secundarios, y detestaba sus brazos artificiales, los cuales, más de algunas vez, fueron a parar en un cubo de la basura. Está casado, su esposa y sus dos hijos son su mayor inspiración.
Fue su padre quien le dio sus primeras lecciones de guitarra y aquella vieja guitarra española que perteneció a su progenitor es uno de sus más preciados tesoros.
Hasta el día de hoy radica en los Estados Unidos, llevando una ocupada agenda de conciertos y charlas motivacionales.
Es famosa su interpretación ante 6.000 jóvenes en Los Ángeles el 15 de septiembre de 1987, para el Papa Juan Pablo II. Después de que Tony terminara de interpretar el tema "Never be the same", el Papa sorpresivamente saltó del escenario, se acercó a la plataforma donde se encontraba lo besó y lo felicitó.
Las palabras del Papa fueron las siguientes: "Tony, eres verdaderamente un joven muy valiente. Estás dando esperanza a todos nosotros. Mi deseo para ti, es que continúes dando esperanza a toda la gente".
Con Tony Meléndez podemos comprobar una vez más que, a pesar de tener cualquier tipo de discapacidad o deficiencia, se puede salir adelante. Es más, se puede hacer lo que uno siempre haya deseado, sólo hay una barrera que lo impida, la psicológica y en cuanto esta se supera, lo demás viene solo.
Hay que tener en la vida, un afán de superación, que no te importe lo que digan los demás. No por el hecho de tener alguna discapacidad, deficiencia o algo, significa que por ello no vas a poder hacer nada. Hay que luchar por lo que uno quiere, pero ya no sólo las personas discapacitadas, sino todo el mundo.
Tony Méndez es una muestra de ello, nación sin brazos y, para él, su sueño era tocar la guitarra. Y, a pesar de no tener brazos, ha podido llevarlo a cabo.
Creo que todos deberíamos aprender de él y tomarlo como ejemplo.
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